Clavos: Tipos y aplicaciones según el material
Madera
Para estructuras de
madera, los clavos más comunes son los de
cabeza plana, ideales para uniones fuertes. En trabajos donde la
estética es importante, como
molduras, se recomiendan clavos de
cabeza perdida, que quedan ocultos tras la instalación. Los clavos
anillados ofrecen mayor
resistencia al arranque, siendo útiles en estructuras que soportan
cargas.
Hormigón y mampostería
Cuando se trata de fijar elementos en superficies de hormigón o mampostería, es esencial utilizar clavos de acero endurecido. Estos clavos están diseñados para penetrar materiales duros sin deformarse, asegurando una sujeción firme y duradera.
Metal
Para fijaciones en metal, se utilizan clavos especiales con tratamientos anticorrosivos. Los clavos galvanizados o de acero inoxidable son ideales para prevenir la oxidación y garantizar una unión segura. En aplicaciones donde se requiere una fijación temporal, los clavos de doble cabeza permiten una fácil extracción.